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La acción pedagógica de Les Salonnières

El uso de la performance en la educación nos sirve para conocer y valorar otras formas de expresión artística pero sobre todo, para desarrollar la creatividad, la actitud crítica, la desinhibición y la socialización entre las y los estudiantes.
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A través de la performance podemos explorar otras maneras de relacionarnos con el mundo y con nosotras mismas. Indagando sobre las posibilidades comunicativas y expresivas de la corporalidad, generamos acciones propias y públicas. Nuestro cuerpo deviene objeto y sujeto de aprendizaje, con él creamos situaciones inesperadas, nuevas, diferentes, inusuales e incluso radicales. Situándose de esta manera en el núcleo de la acción creativa y educativa, individual o colectiva.
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Además, la performance mejora la socialización y favorece el trabajo en grupo, profundizando en las relaciones interpersonales y creando hábitos positivos de cooperación y participación. Los y las estudiantes tienen que adquirir una actitud activa para ser creadoras y creadores. A la vez, favorece la desinhibición y de este modo fluye mejor la expresión de sus ideas, pensamientos y vivencias.
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Sea cual sea la edad que tengamos, nuestra identidad nos marca, nos define y nos sitúa en relación a los y las otras. Tomar conciencia de nuestro ‘yo’ y de nuestro ‘yo en relación’ nos és necesario para conocernos mejor.

Preguntarnos sobre quiénes somos desarrolla nuestro crecimiento personal e interpersonal. Pensamos que indagar sobre una o uno mismo, desde un punto de vista individual, grupal y global, potencia una actitud crítica y reflexiva así como fortalece la autoconfianza y la autonomía.

De este modo, trabajar en términos de identidad nos es útil para implicar a las y los estudiantes en el acto de aprendizaje ya que se convierte en subjetivo y personal, a la vez que aplicable a su vida cotidiana.
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Entendemos la creatividad como un acto que está presente en todos los ámbitos de la actividad humana. El mundo en el que vivimos es una construcción, un invento, por eso pensamos que  potenciar la imaginación es necesario para crear formas de ser y estar en el mundo diferentes y propias de cada individuo.

La potencialidad creativa nos hace ser personas más útiles, más comprensivas, más tolerantes y más comprometidas con una misma y con la humanidad.
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En este caso reivindicamos una formación creativa y no una formación reproductiva. Creando espacios donde se respire el diálogo y el debate, la diferencia y la igualdad, la emoción y la imaginación. También promovemos la indagación, la formulación, la reformulación, la posibilidad, el desacierto, la duda o el conflicto, generando así más preguntas que respuestas; alternativas y caminos diversos.

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